domingo, 27 de noviembre de 2011

Obstetricia Yeguariza en Pleno Montevideo.


Los niños miran el prodigio
del parto de la yegua, llenos
de candor serafín.Lástima que
después crecen y son tan insensiibles
como sus propios mayores.

El triunfo de la Vida y de la solidariad
de quines honrarn la Vida.















Días atrás un suceso ocurrido en Nueva Palmira, al que se le dio exagerada importancia en las pautas temporales de cobertura mediática, más aún que  las habituales declaraciones circenses afines a los centaúricos combates políticos-por tales material de mitologías fraudulentas-entre actores de gobierno y oposición.
Lo recuerdo: Cuatro inimputables por razones de edad, pero también por padecimientos socio patológicos, torturaron a una perrita hasta darle con ferocidad la muerte. Luego llevaron la felonía a la red social las maniobras de su infamia en un sadismo que se expica, sin duda, como expresión de sintomatología enfermiza.
La gente,  coreaba en piquetes mayúsculos en la ciudad portuaria de Colonia, y pedía hasta la muerte para los menores enfermos....y se olvidaba de la ley y de los Derechos Humanos.                                                                                                                   

Lo de Nueva Palmira me resultó como un asqueroso eructo estimulado por la ingesta de algún alimento como el ajo cibernético que plantaron  y, después, lo  sirvieron buenos gourmets de televisiones y radios para sus parroquianos, poco acostumbrados a menús tramposos.Les hizo mal la digestión...
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¡Paríó la pobre yegua!

Es llamativo que la filantropía perruna existe como valor social en mucha gente .Por ende no tengo por qué pesar que, en su medida, sea de recibo haya  amor hacia las  mascotas cánidas.Pero ese sentimiento parece que está solo multiconcentrado:  ciego  se opaca  al punto que no se ven las torturas diarias a que son sometidos los caballos que tiran los carritos recolectores de basura en Montevideo, cruelmente tratados. No existe desde décdas  solución para la ineficacia del gobierno comunal en la atención de ese  grave problema de  la higiene colectiva con respecto a los deshechos que produce la vida urbana metropolitana, la  que no puede recaer en las infames prácticas de la tracción a sangre.

Este es el estado común de
 los animalitos de la re
colección de basuras urbanas
metropolitanas.(Ah¿No lo
sabe? Sí...hay un Gobierno
municipal que tiene  obligación
 de juntar los deshechos.)
 
El estado de los nobles animalitos, en su mayoría, alarma y lastima.Y acostumbra a convivir con la tortura  anti franciscana.
Ayer parió en plena calle una yegua, abandonada por su explotador en el momento crucial.¿Que le importó? Nada.La gente, en tanto, se sensibilizó.Nació un potrillito.
¡Qué venga  bendito e introyecte en la conciencia de los montevideanos que vivien en Montevideo y sobre todo en sus gobernantes comunales un poco de amor! .En fin...no creo ocurra en lo inmediato.




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