lunes, 21 de marzo de 2011

El Alma del Albañil Trepa en Andamios hacia el Cielo Fèrtil de los Trabajos y los Días, Cielo Terrenal y Cielo Divino...

Están metiendo el hormigón en lo que será una super columna de sostèn estructural de los once pisos de la obra. Un trompo sostenido por una grúa-cigüeña ubica la carga en la boca del enconfrado.Es un trompo viajero que va de la hormigonera a la futura columna, de la columna  a la hormigonera....en tantos traslados mecánicos como sean necesarios hasta que el hormigón rebose en la parte más alta de la cima del encofrado.Y luego el hormigón de un piso.Y ensamblar la columna anterior hacia más alturas...y así sucesivamente.¡Hermoso! Volando al cielo con la manos proletarias de los albañiles y máquinas portentosas, más la calidad de las arenas, piedas, maderas y portlands uruguayos. Nos falta hierro propio.Por lo demás, lo tenemos todo.¿Por que no hay una vivienda decorosa para cada uruguayo? No lo entiendo.¡Dios mío!
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Me encanta mirar trabajar a los albañiles.Uno aprecia como el esfuerzo colectivo trepa con ellos en los andamios.Yo fui docente...pero no veía enseguida el producto de lo mío en el otro.A veces pasan años...y a veces ¡no pasa nada!...cuando todavía no se siente uno acosado por la pena que existieron nada màs que retrocesos. En la construcción, no ocurre.Siempre se crece y se vé el resultado inmediato.Un pozo cavado por un lado,llenado de cimentacion con piedras coloradas, luego herrerìa de obra para hacer la armazón de una columna, el encofrado maderero, echar el hormigón, desencofrar...¡y ya está el pilote! donde se asentaràn techos y paredes venideros.
 Viví en cuerpo propios esas experiencias en Covianalpa 1 de Mercedes.Inolvidables. Ahora- que ya no puedo ni levantar un martillito- me encanta observar las modernas técnicas de erección de torres de pisos.
Junto a mi casa en Montevideo tengo una. Por Rodó a la altura de Pablo de María.
Básicamente se mantiene la coordinación de los trabajos.Se diversifican tareas pues mientras alguien  aserra las maderasd el enconfrado, otro albañil ata los hierros de la viga o de una columna , y en tanto se acumula arena, pedregulllo, la hormigonera en su sitio, agua disponible  donde se "echará" el hormigón. Cuando todo se termina, casi que en programadasimultaneidad, recién vendrá  otra secuencia. Valga el caso, echar dentro de la oquead del enconfrado con su esqueleto ferroso, el hormigón al que hay que ir vibràndolo  para que no queden "nidos" u "hogares" libres .

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