viernes, 18 de febrero de 2011

Palomitas de la Ciudad, siguen obedeciendo a Dios y al Monje Mendel.

Palomitas de la ciudad, tan metarfoseadas que el ícono blanco con que en general se representa la Libertad colombófila, ni se aprecia en el azabache de los plumajes, pues hay que sobrevivir entre lo negro, el humo de los caños de escape, el bitumen, la mugre y ciertas almas oscuras de las malezas metropolitanas.


Sin embargo, la Naturaleza sigue imponiendo sus leyes pese a que el hombre las quiere sabotear con sus transgénicos proyectos. En las palomitas callejeras -ahora cajetillas que se bañan en Pocitos- está presente la genética natural ,inmodificable y eterna que el monje austrìaco Mendel develó pues así lo quiso la inteligencia humana y Dios. De toda una nidada, tres cuartas partes de un solo color predominante y el cuarto restante de otro, vaya a saber de cuáles ancestros. Allí se vé, en la foto que tomé,la mayoría de los pájaros alados con ese negro
azulado feo, y el resto del lote con algunas islas blanquecinas.
Y aprecíese con especial énfasis cómo la bandada crea un cerco protector con las que tienen algo de blanco en el plumaje.¿Casualidad o alguna ley de ignoto conocimiento para el que esto escribe, yo?

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