viernes, 15 de octubre de 2010

Gracias María...por Hacerme LLorar, Masoquista de Amor...

María, la de Astiz, poetisa de San Sebastián, allá por el Cantábrico ibérico,  me remitió su habitual regalo poético, adicción de mis horas líricas sobre el secreto lecho lector de mi ermita interior.Visiones gráficas y sensibilidad erótica-literaria se reúnen  en placentera ambrosía.

Cuando llueve el ocaso...
Si los ayeres hablaran entre escombros de penas,

si el silencio gimiera y la Luna llorara,

yo estaría sentada en un trono de Atenas,

y con mi mano tibia una estrella alcanzara,

Si en la espuma de la mar ;Como Venus naciera,

yo pudiera abrazarte aunque ya te hayas ido,

de recuerdo espantara todo sello de olvido,

y dejara de ser de la selva la fiera...

Si borrara distancias para abrir mi frontera,

cuando cae la noche y me envuelve la calma,

enjuagara mi espíritu, arrancara mi alma,

para no hacer tan larga y tan triste la espera,

Si me llueve el ocaso de un invierno desnudo,

y el vendaval lastima cada copo de nieve,

no pretendas que olvide lo que nunca se pudo,

ni me implores llorando que mi amor sea leve...
                                                                                      María Astiz, cantábrica.

¡Qué regalo María...que me diste, depositándolo con celofanes entre la aurícula y el ventrículo, bien profundo,destapando cicatrices.... Y teniendo que alegrarme...lloro!


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