miércoles, 7 de abril de 2010

A La Sombra de Algùn Àrbol Bonachòn.

Bajo la sombra bonachona de un Cedro Deodora o del Himalaya, en la esquina de Espinosa y Don Bosco, Coop.Covianalpa 1 de Viviendas por Ayuda Mutua de Mercedes,sobre la empinada ladera del Cerro Blanco donde se yergue el estadio Koster, aprovechan el don umbrío, yo (burro adelante) Gabriela,Mercedita y Fernando Saez Iribarnegaray...y Teíto Yglesias Saez.

A LA SOMBRA DE ALGUN ARBOL BONACHON. -No creo que desde el canto popular uruguayo haya una canción tan representativa del sentir pueblerino como “A mi Gente” de José Carbajal, el Sabalero. El lacazino posee otro privilegio:tiene ranqueda también la segunda mejor canción con la bellísima “Chiquilladas”, la más memorable fotografía acústica de una niñez que se fue en el cambio de las costumbres y de lo usos. Es, no obstante, poesía pura y testimonio histórico de los ludismos pretéritos de la edad infantil.
Obviamente que esta es una apreciación personal, la mía: pido perdón del desplazamiento de las milongas y baladas de Alfredo Zitarrosa, las de Jaime Roos, Ruben Lena ,Osiris y de Santos Inzaurralde. Enfrenté una maligna vivisección para cualquier forense musical de la sensibilidad de Juan Pueblo, que me asedió, dejándome, todavía, con mortificantes dudas respecto a la bondad de la selectiva.
Yo planté mi “árbol bonachón”en julio de 1981 para festejar que habíamos terminado los fatigantes y placenteros esfuerzos de concluir los trabajos en COVIANALPA 1, la cooperativa de vivienda por ayuda mutua según Ley promulgada y publicada por el presidente Pacheco Areco.Fuimos vanguardistas dentro de las de su género en Mercedes, Soriano, dando satisfacción a 70 familias lugareñas.
Se trata de un cedro deodora comprado en el vivero de la Intendencia Municipal de Soriano. Entonces me ayudaron a enterrar sus raíces mi cuñado Juan y Marito Cardozo, amigo y compañero cooperativista , vecino de zaguán por medio, que al lado está el del estimado Zoilo Viera. Zovic, para todos, fue mi contrincante de tantas rencillas histriònicas de hombres libres, y padre junto a Mirtha Correa de cuatro hijos que, casi, son espiritualmente míos, así como hermanos en la misma dimensión con mis propios hijos. Así es la Vida.
El domingo acompañé hacia la necrópolis de nuestra natal Mercedes a Mario.¡Qué gran tipo! Y todavía jugó en mi Peñarol mercedario.Querido por todos. Generoso. Disciplinado. Devoto de la prolijidad en todas sus expresiones pero para mi en suprema magnanimidad cuando tomaba sus artes de jardinería recreando estéticas botánicas de hombre amante de la Naturaleza y de sus dones florales .Un amigazo. Ya no escucharemos en las Navidades barriales, entre policromas y estruendosas bombas brasileñas y augurios de plenitud cuando asomaba la inminencia del adviento de años novicios, su largo silbato recorriendo las callejuelas interiores del complejo habitacional .Deseábale a todos esas felicidades que a puro tesón personal había logrado para sí y para su querida familia, prosélitos de creencias tan cristianas.
El Cedro Deodora o Cedro del Himalaya es una conìfera pinácea, típico ícono de los arbolitos de Navidad del nevado hemisferio boreal. Es un triángulo perfecto que puede demostrar en la praxis que Pitágoras tenía razón cuando concluyó que h2= b2 + c2 (El cuadrado de la hipotenusa es igual al cuadrado de los catetos.)
Fue creciendo con la cooperativa donde se multiplicaban en tanto a una misma potencia de fertilidad los nacimientos humanos, y las deserciones de los pioneros de mayor edad…y hasta algunos pibes adolescentes que desgarraron el alma colectiva en la tragedia de sus ausencias inesperadas, siempre cargadas de fatalismos necrológicos.
El cedro primero se auto propuso alcanzar la altura de la planta baja. Lo logró. Después el primer piso.Alcanzó muy célere la meta. Llegando a los 30 años de existencia vegetal, ya duplica los dos pisos en eyectado verde y gótico envión hacia el cielo. Sí…a los treinta años cuando COVIANALPA 1 terminó de pagar su hipoteca y no se sabe aún por qué, formalmente, no la liberan de la responsabilidad que asumió y cumplió. En fin…
También junto al árbol crecieron los hijos de Zoilo…de Mario…y los míos. Todos fuimos abuelos en su momento y lo seguimos siendo que hay cadencias para rato.
La sombra del árbol bonachón de Carbajal está allí, protegiéndonos del pegajoso calor de Mercedes. Concediéndonos además la gracia de trinos y las agresiones sonoras de las chicharras cuando dan sus chirriantes alarmas estivales que anuncian celos y amoríos de su insectívora pasión reproductora . Todo un escenario grato para nosotros , de igual forma hacia la gente que hace un descanso reparador en la esquina Noroeste, alta cuesta de Espinosa y Don Bosco.
El deodora del Himalaya es una metáfora de la Vida: Crece sin pedirnos nada que lo toma de la tierra greda de las laderas del Cerro Blanco donde se yergue el Estadio Koster, del aire , del sol y de la lluvia. Solo nos reclama que no lo torturen con motosierras. Cambia piedad por encantos.
A su pie, crecieron nuestros hijos…y en tanto nosotros fuimos acondicionando insensiblemente nuestra psiquis para el adiós moribundo…que Dios lo determinará en la precisiòn de su sentencia definitiva. Y le dará más larga vida al cedro para que siga observando la sustitución de las generaciones de aquella utopìa llamada Cooperativa "Aquí Naciò la Patria" , nombre que propuso en una antigua asamblea fundacional un tío de Zoilo.

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