domingo, 21 de junio de 2009

Pequeñas Disquisiciones no Pueden Ocultar lo Magnánimo.


<-Cartografía de 1811.
Grito de Asencio --->



El próximo año de 2010 se conmemorará en Hispanoamérica el bicentenario de los hechos de ruptura política-no cultural- con España. En Méjico, Venezuela y en el Río de la Plata, sin conexión estratégica entre sí, pero por el determinismo de vivir una misma situación que resultaba propicia, se dieron en ese 2010 pronunciamientos como, por ejemplo, el Grito de Dolores en la colonia mejicana, el Grito de Mayo en el Río de la Plata y el levantamiento venezolano .
En nuestros lares, rápidamente se planteó la opción electiva de la datación evocativa.¿1810 ó 1811?

1810 ha sido el de las preferencias en los países de América, fundamentado en que el acto explosivo tuvo sede en Buenos Aires ese año con el Movimiento Juntista secuenziado durante la Semana del 18 al 25 de mayo.La Provincia Oriental predispuso un estado de adhesión subsidiario que, luego, se hizo carne formalmente recién en 1811 mediante la "Admirable Alarma" (Artigas,sic) del arroyo Asencio y la posterior toma de la mercedaria Capilla Nueva, según lo calificara el propio Artigas señalando que la Villa de Mercedes, donde se hizo la ingeniería revolucionaria, y la Patria, deberían recordar por siempre el suceso “cualquiera sea nuestra suerte”.
El actual Gobierno Nacional optó por 1811 como referencial de los festejos a asumirse entonces en el 2011, los que serán el año próximo de 2010 en el resto del continente.
Ello determinó hoy un Editorial del diario El País de Montevideo que plantea y consiguientemente promueve dos asuntos básicos:a) Una comparación sobre cuáles efemérides son más importantes unas que otras en el proceso revolucionario de los orientales; y b) que en la elección gubernamental pro 2011 y no 2010 habrían jugado influencias de nuestras historia reciente vinculadas a la sedición tupamara de los años 60/70.
Veamos el editorial de El País en el fragmento que clave es por no tener debilidad de riesgos de descontextualizaciónfrente al discurso total.
-“Lo natural es que Uruguay hubiera fijado un calendario de actos oficiales que empezara ese año, pero la ministra de Educación y Cultura, María Simón, sorprendió en el Parlamento al anunciar que la fecha elegida era el 27 de febrero de 1811, día en que Viera y Benavídez protagonizaron el "Grito de Asencio" junto a un centenar de hombres en armas. Aun cuando esa acción es un precedente de la revolución artiguista, no resulta justificable que se la adopte como cabeza de un programa oficial de conmemoración. Si la idea era despegarse de los actos de mayo de 1810, más lógico hubiera sido comenzar recordando la batalla de Las Piedras, un episodio central en la epopeya de Artigas ocurrido tres meses después de lo de Asencio.
Entonces ¿por qué el "Grito de Asencio"? Difícil explicarlo sin provocar suspicacias. No falta quien recuerde que siempre existió de parte de sectores de izquierda radical un intento de apropiación de las figuras de Viera, apodado "Perico el bailarín", y de Benavídez. Al respecto se recuerda que ambos eran citados en el "Cielito de los Tupamaros", canción que los guerrilleros locales adoptaron como himno y que llegaron a emitir desde una radio copada durante la transmisión de un partido de fútbol”,
termina en su mensaje básico el diario capitalino.
Entiendo que es de recibo general conmemorar los comienzos de los procesos históricos como el Grito de Dolores en Méjico, el de Ipiranga en Brasil, la Toma de la Bastilla … En nuestro caso el “Grito de Asencio” con alto contendido de intuición popular libertaria que desde la propia Mercedes se complementó el 11 de Abril de 1811 con la Proclama en en Artigas convoca a involucrarse en la revolución anti absolutista con su célebre “¡A la empresa compatriotas y tiemblen esos tiranos de haber excitado vuestro enojo!”. La Batalla de las Piedras fue un significativo corolario militar de estos hechos.
La suspicacia de la tesis tupamara que expone El País tiene toda la significación que se le quiera dar a un concepto más de expresión del pensamiento el que, entiendo, por más sutil que sea por quienes miden intenciones, incluso pudiendo estar en lo cierto, en lo personal no me influyen pues la grandeza de Asencio y de la Proclama de Mercedes -purificadora paciencia de la Ciencia de la Historia y de su mal o buen uso- está más allá de este instante actual y contemporáneo si pretende ser reivindicativo de una sedición contra la democracia y la república. Vale lo eterno y sano.Por otra parte las figuras de Viera y Benavidez -que muy pronto pasaron a campo rival en esas luces y sombras tan comunes a los personajes históricos- han perdido brillo frente al gran gestor del Grito de Asencio, don Justo Correa.
Y finalmente una oportuna digresión.Por fin una autoridad, en este caso la Ministra Simón, establece oficialmente la verdad histórica.El Grito de Asencio fue el 27 de febrero de 1811 y no el 28 como se publica y enseña.La historiografía tiene preclaros documentos que establecen el 27.El 28 fue la toma de Mercedes.

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