viernes, 19 de junio de 2009

En el Natalicio de Artigas: El Buen o Mal Uso de la Historia.

Don José Artigas



Desde extremas definiciones de la Historia y sus intermedias conceptualizaciones, se ha determinado un uso que pretende llevar agua a molinos que no siempre muelen granos sanos en pragmáticas y a veces muy patéticas como lucrativas subjetividades.
Dentro de aquellos polos de antípodas recuérdese, por un lado, a la Historia cualificada como
“maestra de la Vida" y, en el opuesto, un “conjunto de mentiras en que todos se han puesto de acuerdo”.

Esto viene a propósito de que hoy se conmemora un aniversario más del Natalicio de Artigas, el Héroe Nacional del Uruguay, nuestro país. A la fecha se le agregó, oportunamente, también la conmemoración del Día del Abuelo, parte del calendario de jornadas donde uno no sabe bien si se trata de manifestar un reconocimiento parental de franco amor al querido ancestro o promover ventas marquetineras. Y en el colmo de la cargazón, al actual Presidente de la República, seguramente con buenas intenciones, se le ocurrió evocar el “Día del Nunca Más” por confesa alusión a hechos de nuestro pasado más inmediato que trajeron la guerrilla sediciosa y el terrorismo de estado, corolario de profundas heridas muy distantes a casi medio siglo de iniciados dos procesos distintos que se concatenaron dolorosamente, aún no cerrados ni mucho menos. Al contrario, siempre aparece una punzante reactivación de colisiones entre griegos y troyanos.
Quiso el Dr. Vázquez usar en el buen sentido del término la efemérides del natalicio para intentar cicatrizar sucesos pretéritos de inercias abyectas, quedando el propósito más solo que anacoretas retirados al desierto.
El hombre se equivocó. Se puede utilizar al Héroe en la apología de su saga,aunque ya no estirar demasiado su ejemplaridad póstuma para problemas que son de nuestro tiempo, de quienes lo vivimos y lo agravamos en un proceso todavía inacabado y retroalimentado en actitudes frescas de odios tozudos. Y hago referencia a bandos que creen o no en la teoría de los Dos Demonios.Un Demonio es la Sedición. El otro, el Terrorismo estatal. Para unos la sedición no fue tal, sino un alzamiento que legitimizó la lucha frente al despotismo de un régimen político caduco que exigía fuese volteado mediante las armas. Para otros, la sedición justificaba una guerra total en la defensa de las instituciones electas por voto popular.
Las patrias necesitan Héroes que las identifiquen en el modelaje de virtudes deseables. Cuando no existen -por no haber personalidades de relevancia extraordinaria que ameriten homenajes supremos- se las inventa .Luego la escuela, la política y los artistas se encargarán de la mitificación, articulada en síntesis casi religiosa de coherencias admirables.
No es el caso de Artigas. Su personalidad real y sus obras se confunden en unidad indeleble en el mito apologético de fulgurante vitalidad. Por eso su imago está pleno de grandeza republicana y democrática.
¿Qué es Artigas? Un humanista: porque quiso y luchó hasta su último aliento para que los más infelices fuesen los más privilegiados. Para conceder clemencia al vencido y al desvalido. Para ilustrar con bienes intangibles fundando escuelas y bibliotecas en medio de una guerra esquilmante que agotaba recursos principales de una república empobrecida por el propio apocalipsis del fuego y la violencia endógena y exógena entre 1811 y 1820. Con preocupaciones sanitarias en la creación de hospitales y la introducción de modernísimas terapias de época como la vacunación antivariólica. Solucionando el problema del sustento, repartiendo tierras y ganados para crear un país de familias multirraciales arraigadas a la tierra en escala de pequeños propietarios autosolventes. Eliminando el asistencialismo fácil, procurando el retorno de los donativos sociales con trabajo productivo para los agraciados y para la nación: quien no levantara rancho y dos corrales por deficiencia de haraganidad y pereza se le expulsaba en tres meses. Liberal en lo económico, estimulando el desarrollo de la industria y el comercio interprovincial sin imposiciones ni tasas y, si acaso estas se sancionaban, sería en la justa protección que disminuyera las asimetrías del poderoso zorro goloso, libre en el gallinero libre. Fundador de la Policía Rural y la general para conseguir libertad en el orden con seguridad ciudadana pues con “libertad no hay que ofender ni temer” contando con órganos especializados preventivos y represores. No hay que temerle a la inversión extranjera si la misma supone ventajas recíprocas que allí está el tratado comercial con los ingleses en 1817.Las responsabilidades de probidad de los funcionarios públicos en el ejercicio de la función encomendada, con recato en las retribuciones de una patria pobre, puestos al servicio de la nación y jamás priorizando lo personal ni lo corporativo. Gestor cultural para que siempre en la provincia hubiese cuerdas para los guitarreros cantores.
Toda esa política general era abarcativa de todos los grandes asuntos que es menester atender-en cualquier tiempo, tanto en el ayer como en el hoy que vivimos- como necesidades ineludibles que fijan las condiciones de la existencia: Comer, vestirse, posesión del techo, organizarse bajo el imperio de la ley, educarse, recrearse , transformar civilizadamente y con equilibrios y ponderaciones el medio ambiente.
Cada generación, cada momento, tiene sus propias soluciones diseñadas en función de los propios factores que determinan los sucesos vitales, alentados con el ejemplo de los grandes hombres, pero no serán éstos los ejecutores, sino que es materia inexcusable de los vivientes de su propio almanaque actualizado. Que los muertos entierren a sus muertos, en definitiva, que todos ellos son mártires del porvenir. No los usemos como redentores de nuestras inacciones ni garantes de nuestros imaginarios quiméricos.
¡Salve, Padre Artigas!...y perdona que hoy se haya dispuesto trasladar, otra vez, tus sagrados restos desde el mausoleo de Plaza Independencia en la capital a una antigua casona céntrica en Montevideo en un irrespetuoso e inacabado tour necrológico...

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