sábado, 18 de abril de 2009

La Evolución Global en el Mundo y su Regresiva Biodiversidad Uruguaya: De "Sapiens" Pasamos a ser Nabos.



La evolución de la raza humana
en el mundo
-para quienes tiene afinidades darvinistas y adjuntan complementos
más actuales sobre la presencia de elusivos fenómenos de mutaciones
aleatorias- se ha venido graficando didácticamente con una conocida fila india de
transformaciones anatómicas . Se localizó el suceso en individuos portantes de posiciones simiescas y epidermis pelíferas a las que posteriorermente resultaron erectas y relativamente descabelladas e imberbes,respectivamente.

......

Pero en el Uruguay ubicado en las coordenadas geográficas 33º de Latitud Sur ( determina el clima) y 56º de Longitud Oeste ( señala el huso horario a casi cuatro del cero de Greenwich,Londres), misteriosa región, no se sabe a suerte de cuál causalidad o casualidad cósmica, las ecológicas modificaciones de su bioesfera tomaron rumbos, si no distintos, por lo menos cargados de ciertas particulariades que promueven asombros con relación al resto del planeta.
La evolución en la Tierra permitió a los homínidos contar con la "habilidad" de confeccionar herramientas que acrecentaron la capacidad y la virtud de sus manos al punto de conseguir autonomías, ganadoras de espacios y tiempos.
No es lo mismo en el ejercicio de la consecución de determinados fines previsibles, valgan los primarios de conseguir alimentos y vestimentas, contar exclusivamente con una mano solitaria que, en tanto, sumarle la que se arma de una piedra y una lanza arrojadizas, confeccionados los artificios con elementos extraidos de la naturaleza y no del cuerpo de ese ser que dispara su proyectil, santo salvador de penurias.
Así cada nuevo homo en sus avances prolongaba y extendía la funcionalidad de sustentación de su existencia bípeda y omnívara . En los inciertos y heroicos comienzos mataba a temeraria distancia mínima para procurar comer. La piedra, la lanza, el arco y la flecha, el anzuelo y el arpón, le dieron precisa contundencia más allá de las estrecheces de su limitante anatomía original. Hasta que, tras años y años, un aparato de radio le comunicó a tiempo real o diferido el sonido provocado a miles de quilómetros ; con los aviones voló más rápido que los propios animales alados; cruzó mares en cáscaras de nuez; con la televisión vio más, mucho más lejos, que un lince o una rutilante águila imperial. Con el satélite fotografió Marte desde la misma superficie marcial.
Todo esos logros lo situó dentro de una performance diferencial con respecto a individuos de otras especies. Fue decisiva la influencia de una función a la que por mera comodidad llamamos Inteligencia, capacitada en su complejo diseño químico para permitirle cohabitar un cierto paisaje, creando culturas adaptativas entre comunidades y pueblos en la hermosa y riesgosa aventura de la Vida.
Pero en el Uruguay, de pronto, quizás no tan subrepticiamente, la Inteligencia entró en una regresión que hoy daña y duele.Los primigenios uruguayos, nativos o no, tenían "garra". De hechizos "valientes" se fueron "ilustrando" cada vez más. Hasta se los comparó son desmedros con los disciplinados y talentosos "suizos". En deportes "nacieron para ser campeones", espaldarazo halagüeño acunado en el suelo de Chile.
Pero apenas pisado el siglo XXI , aquellos aptos e idóneos varones y mujeros, entraron en recesión. Cada vez unos pocos duchos, que en el conjunto parecen muchos, siendo minorías se travestieron en anestésicas flores de"vivos" .El resto debe ahora sobrevivir mediantes asistencialismos con más tenor de mendicidad oficializada que de otra cosa admisible al decoro de la autoestima. Algunos tienen el dramático y tenebroso oficio de delinquir o asesinar a su prójimo, sea por mucho, sea por nada. Los jefes de los "vivillos" denominan"nabos","cajetillas", "haraganes" y "belinunes" a los que más o menos sustentan los equilibrios colectivos de un orden que costó mucho concretar en la evolución social del país con volitivas e imaginativas prácticas laborales, desarrolladas con admirable temple, derecho premial no concedido pero cotizado de confores y tolerancias.
"Nabo" es el vocablo referente, pero a todos les cabe el lexicón de dicterios injuriantes que terminan por rotular despreciativamente la lunfarda identidad de quienes constituyen, con honor, la mayoría de la población que resiste en el orgullo del trabajo como la suprerma expresión del hombre creativo de bienes diversificados, tangibles e intangibles, que suda su frente heroica en las incertidumbres y acechanzas de estas turbulentas cotidianidades.

"Nabos", "cajetillas","haraganes" y "belinunes" y el resto de los especímenes descalificados por los sabihondos, aguardan con lentas y lánguidas expectativas que se retome el camino de la evolución, hace luengo lapso paralizada. De lo contrario, la república estará pronta y lista para desaparecer como ya les ocurrió a los gliptodontes uruguayos que en el parque Jurásico de la rinconada formada por los ríos Paraná Guazú y de los Caracoles, ya son fósiles mineralizados en los esqueletos pétreos que habitualmente se hallan en el cauce ribereño de alguna cañada o arroyuelo, tal si maquetas de Steven Spilberg fuesen. Todavía ni aún en petróleo han logrado transformarse estos potenciales hidrocarburos saturados pese a los milenios y milenios de presiones subterráqueas recibidas, palizas de las agresiones naturales que a sus negras tumbas los llevaron.













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