sábado, 31 de enero de 2009

El "arte" post moderno: ¡Es un Show! Va y Vale Todo.¡Hay que Vivir!

La penosa lágrima de San Juan en el descenso de Jesús de la cruz del Gólgota por Roger van deir Weyden.Una obra maestra dentro de otra.

Desde tribuna pública o en corrillos privados, he manifestado en más de una vez que estoy confundido con las apologías que a ciertas manifestaciones plásticas actuales se les concede.En general se trata de obras “vanguardistas” y la explicación de mayor recibo que las fundamenta es la virtud de la búsqueda incesante de caminos novicios en la aventura de la expresión espiritual . No aprecio en ellas las viejas esencia de los grandes maestros, figurativos o no: buen dibujo de líneas cerradas o abiertas, mágicas cromáticas, perspectiva, sensibilidad conmovedora y un tema que intente acercarse a la realidad tangible o intangible con repeto físico o metafórico. Esa evaluación mía de reserva sobre tanta obra contemporánea, admito, pueda acreditarse a mi ignorancia. O de repente no… pues cada vez constato que se suman más "ignorantes" , posesos de análogas decepciones.
En medio de estas reflexiones -en su notable sitio de arte en Montevideo.com. (Enter/Arte)- la Sra. Emma Sanguinetti Canessa invita a sus lectores a mirar mediante innovación tecnológica reciente de Google, la exposición de algunas grandes obras maestras del Museo del Prado, Madrid, España, suplementadas con la cibernética de nuestro siglo XXI. He aquí la convocatoria de la reconocida crítica de arte:

-"SI NO LO VEO, NO LO CREO"-
Si en otros tiempos, la incredulidad fue algo así como una virtud que apelaba a los mejores atributos de la razón y la verdad científica, en los que nos ha tocado vivir las cosas ya no son tan sencillas. Y es que la red y sus herramientas, no paran de depararnos sorpresas, algunas de las cuales desafían nuestro entendimiento de un modo tan abrumador, que uno ya no sabe si no es aconsejable volver a darle cierto crédito a la ciega fe de otros tiempos.
El tema viene a cuento, porque esta semana el Museo del Prado –tan vapuleado en los últimos meses por las idas y venidas desatadas por la polémica sobre si el Coloso es o no de Goya-, ha puesto en funcionamiento una nueva herramienta de visita virtual que deja pasmado hasta el más descreído de los mortales. Se trata de la posibilidad de visitar 14 obras del museo, utilizando las bondades cuasi-mágicas del programa Google Earth, las que permiten ver los cuadros con una nitidez 1.400 veces mayor que la lente de una cámara de 10 mega píxeles. En una palabra, algo imposible de hacer o mejor dicho de ver in situ en el museo, por razones obvias de seguridad.Las obras escogidas, son con lógica los grandes clásicos del museo español, tales como Las Meninas de Velásquez, Las Tres Gracias de Rubens, Los fusilamientos de Goya, el Descendimiento de la Cruz de van deir Weyden, El caballero de la mano en el pecho de El Greco o El Jardín de las Delicias de El Bosco, entre otras.Por si fuera poco, la cosa es sencilla; simplemente se entra al programa Goggle Earth– si ud. no lo tiene instalado, lo puede descargar gratuitamente de
http://earth.google.es/ - y luego solo hay que tipear en la casilla de búsqueda las palabras: Museo del Prado.
De este modo la ya famosa lupa del programa, comienza a viajar por el globo terráqueo, llega a Europa, aterriza en España, se acerca a Madrid y nos deposita en las puertas del Museo. Basta posarse sobre el museo donde dice “ver obras maestras” y escoger. El recorrido por cada centímetro de la obra es controlado por una barra que está en la derecha de la imagen, y el acercamiento que se consigue es de tal nitidez y perfección, que nos permite apreciar cada pincelada de color, su textura, las líneas del dibujo y por supuesto, las heridas, rasguños, manchas y restauraciones de los lienzos. En las Meninas, se ven hasta las costuras con que Velásquez unió las partes de la tela.El Prado es el primer museo en cerrar el acuerdo con la firma Google España, pero digo sin temor a equivocarme, que se trata de una herramienta que ningún museo que se precie podrá darse el lujo de prescindir. La responsable del proyecto, Clara Rivera, ha asegurado además, que solo les llevó 7 meses de trabajo tomar las más de 8.000 fotografías a través de las cuales armaron el “puzzle” gigante de acercamientos. Les aseguro que es algo sorprendente. Si no me creen, aquí va una muestra que yo misma fotografié desde mi pantalla. Se trata de una las lágrimas que surcan el rostro del San Juan en el Descendimiento de la Cruz de Roger van deir Weyden. Una imponente tabla de tamaño natural, de mágicas composiciones en diagonal y preciosistas detalles, que fuera adquirida en el siglo XVI por María de Hungría y que luego recayera en las manos de su sobrino Felipe II, quien la custodió en El Escorial hasta su entrada en el Museo del Prado en 1939. Sinceramente, si no lo hubiera visto con mis propios ojos no lo creería.
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Fui al sitio Google sobre el Museo del Prado. Confirmé mis viejas apreciaciones. Y le respondí a la Dra.Sanguinetti, tal se estila en los foros, con el siguiente comentario:

ASAEZ - 26/01/2009 16:07:48. Sra.Emma:En algo estamos parcialmente de acuerdo a recíproca confesión de partes: Nos cuesta desentrañar cómo circulan constructos estrafalarios en los mercados del “arte” actual. ( Sí…sí…sí…ya sé…me refutarán con acidez espetándome que es “su opinión y otros no pensamos igual”). En tanto, Señora, Ud.es más misericordiosa, quizás por ser más sapiente y comprensiva que yo. Al que sabe, es su caso, le duelen seguramente las peripecias epistemológicas y, más aún, creemos, los productos malsanos y confía en que serán de oportunidad sustituidos por la flexible verdad estética, enancada por igual en beldades y en fealdades artísticas. Supongo que, mientras ello no ocurra, la condescendencia resignará la espera y explica el cocimiento de las habas en cualquier pago y tiempo.Pero a mi no me resulta difícil de entender por qué el Papa romano elige a Miguel Ángel y no a un chanta…que en todas las épocas los hay, para pintar el fresco de la capilla Sixtina.* Ptolomeo a Sóstrato para levantar el faro de Alejandría.* El padre de las Meninas a Velásquez. Y un Borbón, a Goya como pintor de la corte. * Juscelino Kubisteck a Oscar Niemeyer para el urbanismo de la modernísima Brasilia.* Napoleón III al Barón de Hausmann para el nuevo urbanismo del París catequizante con los Campos Eliseo y L‘Etoile. (Menos mal que el tercer Napoleón tuvo tino y no se entregó a desvaríos de fantasías vanguardistas, como ocurrió a finales del siglo XX con ese actual suplemento que le pusieron al Museo del Louvre mediante una ferretería piramidal que afea el entorno historicista, que tan notablemente en su gran guiñol utilizó Dan Brown en “El Código da Vinci”, riéndose de todos con cara seria.)* Pericles a Fidias para el Partenón.* Luis XIV a Le Brun y Le Notte para Versailles solar.* El gobierno uruguayo al Arq.Sasso para que hiciera el magno Estadio Centenario en tiempo record y sin desmedros de calidad, la que fue excepcional.
¿Por qué no se equivocaban en la elección y contrataban a los mejores…que “ por sus frutos los conocereís”?¿Por qué hoy la gente se solivianta con tantas exposiciones premiales oficiales y arremete en catársicas declaraciones públicas de dignidad herida?Algún año atrás ganó el Concurso del Patrimonio Fotográfico del Uruguay ¡una muñeca francesa Barbie! En fin…Cordialmente .
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La Sra Emma encontró en mi comentario, motivación para su siguiente enfoque sobre el tema. Así:

-"La pintura de ayer, el show de hoy"-
El comentario de uno de nuestros asiduos lectores en el post del viernes pasado, me dejó pensando. Ante la calidad y sensibilidad de los viejos maestros, que hoy podemos comprobar con las nuevas herramientas visuales de Internet, ASAEZ se preguntaba el porqué de las tendencias “marketineras” que campean en el arte y la pintura de hoy. Había en su comentario, un dejo de tristeza y también creo yo una pizca de indignación. Mi primera reacción- más allá de compartir con él mi desconocimiento ante tamaña pregunta-, fue sugerirle que quizá hoy solo vemos lo mejor, o sea aquello que ha conseguido traspasar la dura prueba de los siglos dejando en el olvidado las medianías, los efectos especiales sin contenido o lo que hoy llamamos tendencias o modas.Pensemos que detrás de los pintores que veneramos y admiramos, supo haber otros tantos que a pesar del olvido de hoy, les supieron hacer mella y darles sus buenos dolores de cabeza. Así como inversamente, también hubo muchos que fueron tildados de “fáciles” o “marketineros” y que en cambio hoy consideramos monstruos del arte.En ese contexto resulta sorprendente, leer las crónicas sobre los salones de arte parisinos escritos por el más grande crítico del siglo XIX, Charles Baudelaire, quien a pesar de que su juicio es estupendo, regala cataratas de elogios a pintores que hoy consideramos de segunda línea. Tal es el caso Constantin Guys, a quien escoge como inspiración para su ensayo “El pintor de la vida moderna”, mientras no le dedica más que un renglón – satírico y duro, por cierto- a quien hoy consideramos el gran pintor de la vida moderna: Edouard Manet. Pero claro, la cuestión es mucho más profunda que estas obvias aseveraciones. Creo que la pintura, ya sea como maestría técnica así como expresión temática de los profundos cuestionamientos espirituales del hombre, ha sufrido un duro embate desde la irrupción de la libertad creativa y la flexibilidad de criterios que trajo el siglo XX. No en vano más de un historiador se adelantó -afortunadamente sin suerte-, a predecir la muerte de la pintura.Sin embargo, hay una cuestión que importa y que sí es ajena a aquellos otros tiempos y refiere a la actual la necesidad de hacer de la obra y del artista un gran show en el que los límites brillan por su ausencia. Se comparta o no, la provocación y el absurdo es uno de los principios del arte de nuestro tiempo, pero lo que no se puede negar objetivamente, es el show de marketing que suelen acompañar estos desplantes. Basta recordar el gran negocio de cotizaciones de colecciones privadas, en el que el majestuoso Palacio de Versailles ofició de rehén, durante la exhibición de los globos inflables y otras piezas de literal mal gusto del americano Jeff Koons, o las maniobras de escaparate que organizó Damian Hirst en una subasta de dudosa legitimidad, con sus tiburones, bueyes y otras yerbas sumergidos en formol.
Que quede claro, no voy al contenido no estoy discutiendo si es arte o no, lo que quiero decir es que el arte de hoy ha creado una nueva condición necesaria. El artista y su obra deben formar parte de un show a manera de espectáculo público; los primeros en darse cuenta de ello, fueron personajes como Andy Warhol y Salvador Dalí. Al fin de cuentas, cuando uno habla de surrealismo, ¿quien se acuerda de Paul Eluard o de André Breton?
En fin, para terminar estas reflexiones los dejo con una frutilla para este postre: la BBC de Londres viene de anunciar esta semana que para el mes de setiembre emitirá un concurso televisivo al estilo Gran Hermano, en el que el galerista londinense y ex publicista, Charles Saatchi hará las veces de Jorge Rial o Soledad Silveira. El programa se llamará “Saatchi´s Best of British” y su objetivo será encontrar entre los participantes que ingresen a la “casa-escuela de arte”, a la próxima gran figura del arte contemporáneo inglés.Si esto no es show, ¿el show en donde está?

Otros colisteros se sumaron al asunto.Veámoslo:

DCG - 30/01/2009 18:17:09Es sabido que obras de pintores, hoy casi anónimos, hace 150 años se pagaban 10 veces lo que las pinturas de El Greco.Y que hace 500 años, en los inventarios de los patrimonios que dejaban los reyes, los tapices valían 100, cuando los cuadros se valoraban en 1.¿Quién se equivoca?¿Nosotros, o los muertos que alabaron a la gente que ahora ignoramos?
GUFICA - 30/01/2009 16:42:47".-EL ARTE YA NO ES MAS QUE UNA PALABRA A LA QUE NO LE CORRESPONDE NADA REAL" Martín Heidegger. Interesante propuesta Emma; que despertara interés en los lectores como es el caso de: ASAEZ y el mio. Debemos aceptar el hecho de tener la herencia del siglo XX y sus comienzos llenos de rupturas con apariciones de vanguardias, como el arte abstracto, el surrealismo, el dadaismo y todos los ismos que obraron en consecuencia. Por tanto hoy debemos asimilar que en el presente se gestaron en poco tiempo cambios muy importantes en el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Esto trajo aparejado cambios en el comportamiento y hábitos. Sin ir mas lejos hace unos años (no muchos) hubiese sido imposible comunicarnos y establecer este intercambio de opiniones. La revolución de la información es un hecho tangible. Los artistas recrean el mundo que les toco vivir; se manifiestan y se expresan con los medios que les otorga el presente. Me acuerdo que hace años la discusión de algunos pintores era sobre el óleo o el acrílico. Si vamos a lo estrictamente etimológico; ARTE nos proporciona un significado ambiguo. En cuanto a lo de show, Emma, hice ingreso a la página del Museo del Prado con el nuevo sistema Google de acercamiento de imagen y me produce una sensación de morbo y obscenidad, aceptable para aquellos investigadores que autentican obras. Pues mi visión tanto en un museo como en una foto será siempre de lo que produce en mi sensibilidad. Por ultimo quiero agregar que en los últimos tiempos hemos estado sometidos al bastardeo de imágenes publicitarias y no, todo eso hizo confundir como para no poder distinguir entre lo que tiene valor y no lo tiene.
ELENA.PINT - 31/01/2009 15:44:02. Emma: si te acordás de mis comentarios en clase te darás cuenta que ASAEZ no es el único que opina con tristeza o indignacion frente a los"modernos y genios" de hoy... Un beso.
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De todo, algo se suma a mi intuición. Viene de la propia Sra.Emma cuando titula (sic) La pintura de ayer, el show de hoy, tesis que luego desarrolla como ya se vio ut supra.
Claro, recuerdo, en un show va de todo. También hacen show Tinelli y las grandes Galerías de Arte. Son hermanos sanguíneos…separados al nacer…. y ¡hay que vivir! divirtiendo y ganando.

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