miércoles, 3 de septiembre de 2008

Tributo de Olimpismo a un Campeón:"¡¡Ojo que se escapa el Vasco!!".

¡Grande Vasco!




Solo obstando la virtual e inminente promulga-ción del Poder Ejecutivo, y la posterior publicación, entrará en vigencia inmediata- ya cuenta con la bi sanción legislativa -, pensión graciable al vecino de Soriano don Ruben Etchebarne Cuestas, el memorable "Vasco" de las rutas y de las pistas que hizo de la actividad deportiva un modelo vital de conducta donde tantos jóvenes impreganaron sus metas y admiraciones.
Cada cual en el marco de su rango cameral, los legisladores, diputados Gonzalo Novales y Roque Arregui y el senador Gustavo Lapaz, consiguieron los respectivos apoyos de sus iguales para tributar el reconocimiento al sprinter y excepcional routier, ícono de generaciones.
He aquí los fundamentos que fueron expuestos en el Senado por Lapaz Correa a sus efectos:

-"Solicito se dé trámite a este Proyecto de Ley: La Cámara de Senadores solicita al Poder Ejecutivo la remisión de esta iniciativa para conceder una pensión graciable al señor Ruben Etchebarne Cuestas, Cédula de Identidad Nº 3.064.126-2, ex campeón de ciclismo nacional e internacional, de acuerdo a la siguiente exposición de motivos.
EXPOSICION DE MOTIVOS
El Sr. Ruben Etchebarne Cuestas nació el 8 de setiembre de 1936 en Soriano y desde adolescente trabajó junto a su numerosa familia en tareas campestres como en la construcción citadina, siendo además vareador en el Hipódromo "Viera y Benavidez" de Mercedes.
Desarrolló así sus actividades laborales dentro de un paisaje ruro-urbano que en lo físico unía cotidianamente con una destartalada bicicleta proletaria, comienzo de una identidad, primero funcional y luego vocacional, madre de una simbiosis formidable, origen de una trayectoria deportiva que lo transformó en uno de los grandes del pedal nacional, contabilizando todas las épocas del amateurismo virtuoso practicado tenazmente con los vuelos afines a las paradigmáticas virtudes del olimpismo vitalicio.
Es constatable su palmarés atlético en meritoria diversidad : Campeón en múltiples llegadas invictas; Humilde en su autoestima; Caballero del fair play, siempre celoso vindicante de la permuta sagrada que le dio honor y respeto entre compañeros y adversarios de la pistas, de las rutas y de la Vida: cada derrota propia fue purificada por la concesión extrema del último sudor, de la nobleza de la postrer energía, lauro agregado para quien fuese el ocasional vencedor del héroe sorianense del ciclismo, impulsado por la santa terquedad de la genética eúskara acriollada en nuestros pagos orientales.
Su carrera deportiva la desarrolló entre los años 1955 a 1970 .Sólo defendió un club, el celeste Atenas de Soriano, «la celeste» de Uruguay y la tricolor departamental. La lealtad también se sufraga con adhesiones que hacen hogar en simbologías cromáticas y monogámicas, ya que no es cuestión tampoco de andar cambiando cada tanto los cariños jurados.
El periodismo lo nominó «Caballero de las Rutas» que es mucho decir en un deporte tan competitivo y recio. Ganó tres veces las "Mil Millas" y una vez la "Vuelta del Uruguay". Múltiple Campeón Nacional en distintas especialidades que testimonian el esplendoroso mostruario de sus destrezas y facultades. Defendiendo a Uruguay fue medalla de bronce en el Mundial del 68 y Campeón Panamericano. Olímpico en Tokio 64.Ganador de la prestigiosa «9 de Julio» de San Pablo frente a cuatrocientos catorce corredores. Corrió la Vuelta de la Juventud de México dos veces, en 1960 y 1961 junto a Juan José Timón, ganando una vez cada uno. Desde entonces con asombrado bautismo chamaco fue la «Locomotora Humana».
Este memorándum sprinter responde a un afán documentador que dé sustento a la petición, honorable adhesión a la idiosincrasia del derecho premial que es, incluso, voto constitucional del país al destacarse con rango cualificante que la igualdad republicana es sensible a autovulnerarse si bregan de por medio las excelencias de los "talentos y virtudes".
El Sr. Ruben Etchebarne cultivó ambos y fue entrañable mentor de sus compatriotas en aquellas memorables décadas universales y nacionales de los años sesenta y setenta. Querido, adorado, respetado, digno de imitar y, sobre todo, para la inspiración más elocuente de esta iniciativa, la pretensión de una gracia especial al Campeón, hoy acosado por los sinsabores de la Vida. Representó uno de los caracteres más entronizados en el alma colectiva de la nación que somos la que, pese a su pequeñez geográfica, ha sido capaz de enfrentar y sortear las peripecias de la Historia frente a argumentos, hechos y circunstancias que hubiesen hecho dudar y temblar a corporativos más aptos por equilibrio de fuerzas en el parecer de la primera vista ante la comparativa medición de capacidades.
Etchebarne dentro del campo de su actuación, luchó con precariedad de recursos y disminución de apoyos, todo lo cual no inhibió sus rasgos de coraje varonil, templado para ir a la lucha sin timideces ni recatos. Esa misma actitud de generosa rebeldía fue la que le generó dificultades sumadas a la consecución de sus ímpetus de victoria pues, por un principio de acción -que no es solo aplicable a la fenomenología física sino que alcanza también a la sociología deportiva- se genera consecuentemente otro de reacción de signo contrario. Era fama en los pelotones ciclísticos que todos sus componentes estaban pendientes de lo que hacía el Vasco de Mercedes, en definitiva patrón innominado e involuntario que imponía de hecho el ritmo de las pruebas. Si se escapaba, muy común, se sentía inmediata que cundía la voz de la alarma grupal. Griterío precavido que jamás se oía si el intento de fuga estaba a cargo de un mengano."¡¡Ojo que se escapa el Vasco!!".
Aún así ganó cien veces, tras doscientos intentos. Era quizás la masa anodina contra la libertad de las alturas. Etchebarne representó ese ideal de liberación ante las dificultades. Merece, entendemos, la consideración de una devolución cuando sus actuales fuerzas se han precarizado por compensación a lo tanto y bueno que dio. No lo pide. Lo pedimos, porque somos sensibles al sentimiento de tanta gente que valoró su trayectoria deportiva, llanura abierta a través de la tradición oral para que sus hazañas sigan siendo fresco hontanar que energice las vocaciones de triunfos deportivos, una faceta más de la existencia nacional como gran signo distintivo de nuestra cultura.
Al constituir materia privativa del Poder Ejecutivo, de acuerdo a las disposiciones constitucionales vigentes, entendemos que es procedente remitir la presente minuta de comunicación, la cual consideramos se sustenta en razones de estricta justicia que ameritan su atención.
Gustavo J. Lapaz . Senador de la República Montevideo, 24 de mayo de 2007."

En la Cámara de Representantes , la Comisión de Seguridad Social, sobre la base de una minuta que presentó el Dip.Gonzalo Novales, emitió este Informe que luego los diputados en plenario hicieron propio dentro del marco de este tipo de trámites parlamentarios:
Informe:
-"Señores Representantes:
Nuestra Comisión de Seguridad Social, recomienda la aprobación de la adjunta minuta de comunicación al Poder Ejecutivo, propuesta por el señor Representante Nacional Gustavo Novales, en la que se promueve el otorgamiento de una pensión graciable al señor Rubén Etchebarne Cuestas.
La sola mención de su nombre, impone el recuerdo de un ejemplo de deportista, que con su abnegada dedicación al ciclismo impregnó de emoción, alegría y orgullo a nuestro país.
Nació en los alrededores de Mercedes, el 8 de setiembre de 1936, en el seno de una numerosa familia, a la que desde muy chico ayudó en el sustento diario, realizando -entre otras- tareas en la construcción, rurales y de vareador en el Hipódromo "Viera y Benavides" de la ciudad que le viera nacer.
Sus traslados en bicicleta dentro y fuera de su ciudad de origen, llamaron la atención de allegados a este deporte por su vigorosa manera de pedalear, razón por la cual se le instó a competir facilitándosele el primer equipo deportivo.
De esta manera comienza su carrera deportiva, desarrollándose la misma, entre los años 1955 y 1970.
En Soriano, coincidiendo con sus inicios en el ciclismo se desplegaba una intensa actividad de este deporte, que domingo a domingo concentraban el interés de toda la población, contando entre cuarenta y cincuenta ciclistas pertenecientes a distintos clubes de la zona, que competían en primera, segunda y tercera categoría.
El "Vasco Etchebarne" en una sola temporada superó las barreras de la segunda y tercera categoría, ingresando a competir en forma inmediata en primera, hecho que por sí solo, habla de su vocación y destreza en este deporte.
En su larga trayectoria deportiva, fue defensor de su Club "El Atenas de Soriano", la tricolor de Soriano y la "celeste" de Uruguay.
Para defender la selección de Soriano en los campeonatos nacionales, se realizaban eliminatorias, debido a la cantidad y calidad de los participantes.
Es así, que en esas eliminatorias, clasifica por su tesón y esfuerzo, para defender a Soriano en el Campeonato de Persecución Individual. Para que pudiera concurrir se realizó una colecta con el calor y apoyo popular, para comprar equipo deportivo de pista, ya que "el Vasco" nunca había competido en un velódromo.
A partir de ese momento, comienza y continúa por varios años con la altura digna de los grandes, un duelo histórico con Alberto Camilo Velásquez, el que se desarrolla con éxitos compartidos entre uno y otro deportista.
Luego empieza a correr en las grandes competencias del deporte de sus amores, participando en "Rutas de América", "Mil Millas Orientales" y la "Vuelta Ciclista del Uruguay".
La primera vez que participa de las Mil Millas, lo hace en forma solitaria y sin equipo, transitando rutas de balastro, con la existencia de badenes que debían cruzar con la bicicleta puesta al hombro y con un gesto en esa oportunidad digno de mayor destaque.
En efecto, los rasgos de humildad, generosidad y caballerosidad propios de su persona, hacen que habiendo logrado la "malla oro" en una etapa de Durazno, escapado con un ciclista de esa ciudad y pese a la bonificación que tiene de un minuto, permite en un gesto digno de su grandeza, ganar la etapa ante su pueblo, al ciclista duraznense al calor popular de su hinchada.
Actitudes y gestos como éste, le valieron el título honorífico otorgado por el periodismo de "El Vasco" "Caballero de las Rutas".
Luego de ésta, su primer carrera por etapas en la que obtuviera el segundo lugar, detrás de Tomas Correa del Equipo del Club Nacional de Fútbol, se integra un equipo con otros tres ciclistas mercedarios, Carlos Cuestas -su primo-, Humberto René Pérez y Julio Brun, quien aún compite en "Veteranos".
Ganó tres veces las "Mil Millas Orientales " y una vez La Vuelta Ciclista del Uruguay".
Así comienza la mística de "El Vasco Etchebarne".
A nivel internacional, representando a nuestro país merece destaque, la medalla de oro obtenida en el Campeonato Mundial de 1968, Campeón Panamericano.
Fue Olímpico en las Olimpiadas de Tokio 1964.
Se le convoca para representar a Uruguay en "La 9 de Julio" de San Pablo a la que asiste sin que se le hubieren entregado las camisetas distintivas de nuestro país. En San Pablo, toma una camiseta de color celeste del Atenas de Mercedes, a la que coloca un cartel que dice "Uruguay" y con ella puesta sale "El Vasco" a la Ruta, ganando la carrera ante la atónita mirada del público y los cuatrocientos catorce ciclistas que compiten con esta leyenda viviente.
En 1960 y 1961, representa a nuestro País en "La Vuelta de la Juventud" de Méjico conjuntamente con Juan José Timón, ganando una vez cada uno y recibiendo "El Vasco" el título de "Locomotora Humana" por parte de los mejicanos.
"El Vasco" fue un deportista ejemplar por su valía, no solo como deportista, sino como ser humano sencillo, humilde y generoso, parco hasta la tozudez, siendo imposible obtener una palabra respecto de sus hazañas. Ejemplo vivo, digno de seguir.
Hoy, con una muy modesta jubilación, merece el reconocimiento del pueblo uruguayo, el que, con el otorgamiento de una pensión graciable, permitirá afrontar la vida con la dignidad que corresponde a un ser humano, reconociendo así a quien desde el deporte del pedal, fue un ejemplo de vida.
Sala de la Comisión, 8 de junio de 2005.
Pablo Abdala.Miembro Informante
José Luis Blasina y Esteban Pérez."

¡Grande Vasco!

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