sábado, 9 de agosto de 2008

Beijing Olímpico 2008: de Fulcanelli a Jacques Herzog y Pierre de Meuron.

2008 tamborileros al unìsono,sin equivocarse. ¿Hombres o máquinas? en el "Nido de Pájaro" de Beijing.

Pese a que la televisión es un “medio frío”-según el semiótico canadiense Mac Luhan-igual sentí todo el calor del impacto arquitectónico de Beijing,incluido cierto prurito de temor ante la masiva disciplina de los electrónicos tamborileros del campo de juego en el formidable stadium, donde no había lugar -¡qué horrible!- para el error en ese reinado de la precisión quimérica.(Debe ser porque soy de otro tiempo y de otra cultura.) Me compensó algo, que fue mucho y no cuantificable, cuando los diestros, en reivindicada alegría humana mostraron sus rostros de satisfacción por el logro: reían…¡eran seres humanos de verdad! Placentera la descripción del suceso por prodigiosas cámaras multiojos de la t.v. y sus enfoques sobre la obra magna del “Nido de Pájaro”de los “maçons”suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron.Ese encanto,embelesamiento, me resultó análogo como cuando “conocí” al misterioso arquitecto Fulcanelli en “El Retorno de los Brujos" de Pauwels y Bergier. Volvieron íntimas reminiscencias superficiales sobre la alquimia de la vida. De repente hasta me animo, quizás,a dar una respuesta no requerida e intrusa a la tribulaciónes de tanta gente sobre cúal es el límite de las innovaciones de la especie en sus afanes de sublimidades constructivas sin las pausas de la posta evaluadora. La emito con esta reflexión prestada y medioeval del propio Fulcanelli, interpolada en la medida de los tiempos y los espacios desde lo que azorados vimos ayer en el multitudinario pico universal del raiting de la televisión olímpica: -“La ciencia que estudiamos es tan positiva, tan real y tan exacta como la óptica, la geometría o la mecánica, y sus resultados, tan tangibles como los de la química. Si el entusiasmo y la fe íntima le sirven de estimulantes y de valiosos auxiliares; si intervienen, por una parte, en la dirección y en la orientación de nuestras investigaciones, debemos, sin embargo, evitar sus desviaciones, subordinarlos a la lógica, al razonamiento, y someterlos al criterio de la experiencia. Recordemos que solo los trucos de los falsos y codiciosos alquimistas, las prácticas insensatas de los charlatanes, y la inepcia de escritores ignaros y sin escrúpulos, han arrojado el descrédito sobre la verdad hermética.” (Fulcanelli,"El Misterio de las Catedrales".)
En tanto y frente a tanta maravilla ...¡cúanto smog!...¿qué hace allí?....¿qué hace allí?!!...¿Por qué no lo vencen?

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