viernes, 18 de abril de 2008

La Prensa es el Poder, pero no Todo el Poder.

Allí va la cumparsita de las rotativas y de los pisos con la pureza de la desnudez, pero con las caras enmarscaradas afinando en filas de alineamientos impersonales el coro de su carnaval...¡"carne vale"!











Con pano-rama descriptivo primigenio, es dable encontrar afirmaciones que sitúan a la prensa en general -poder mediatizado de indudable fortaleza en la creación de constructos de perfiles de credibilidad dentro de la ciudadanía- como el exclusivo vientre nutricio que fabrica sólo enceguecidos lectores, videntes o escuchas, tales fuesen metamorfoseados autómatas exhibicionistas de conductas guiadas con externa programación patronal claramente robótica. Verdad parcial. No total y, por ende, no convalidamos la existencia de pasiva que exista una cuantum de abrumadora aceptación absoluta con respecto a ese exagerado aserto que minimiza la libertad de los objetores de la inconciencia escrita, hablada o filmada.Y a esos mismos jueces como seres de reducidos estamentos cuantitativos. Verbigracia: si son los medios los que dominan las decisiones colectivas es porque habría un solo GRAN HERMANO, editor, el profético Orwell de su inolvidable libro "1984" que ahora la T.V. plagia indecorosa e irrespetuosamente para ratings de conventillos.
En tanto, de la misma manera que la opinión pública está dividida en oficialismo y oposición por mitades que fueron casi iguales y el F.A ganó exiguamente por un punto famélico y el cero seguido de decimales, así las empresas periodísticas que sugieren empatías y simpatías hacia uno u otro sector, están “Empatadas” en la distribución cuantitativa de sus mensajerías. Hasta el Presidente de la República dijo cúales no le son fieles y, por omisión de contrario sensu, cúales sí…en un desliz que merece duros adjetivos como para sacudir, esta vez, verdaderamente, hasta las raíces de los árboles, concediéndonos por lo tanto una veta y una pista de consistencia política sobre las razones crueles que podrían descifrar nuestros insucesos contemporáneos. Creo que los medios “masajean” al jugador pero, si ud. no tiene un anterior buen estado físico al saltar a la cancha, recuperando la experiencia de lo que vé, siente, escucha y olfatea, todo lo cual debe racional y afectivamente llevarle al juicio crítico, no serán los diarios y medios electrónicos los culpables de sus opciones, de sus desencantos, padecimientos o, aún, aceptaciones , neutralismos y condescendencias tan clementes del estado de situación en que se vive. El cambio deseable corre, también y entonces, por otros caminos, que no pasan exclusivamente por los medios.¿Cúales? ¡Encontrarlos! Ahí radica la ingeniería social de la uruguayaneidad, si acaso el olfato colectivo pasó por las aulas que algunas están por aquí y otras por acullá, pero no siempre donde uno supone se hallan con certeza de parasicólogo en esa pérfida imagología de las frases hechas que las ubican, exclusivamente, en sobrestimados mostradores de cafetines de carnaval y en pedantes cátedras de paraninfos ilustrados.Menos en la desfachatez de quienes hipnotizaron con un programa publicitario de gran éxito urnario y limusinas de finalidades políticas que luego censuraron por la subversión de su reverso, cuando se alcanzó el descubierto propósito egoísta.Sentarse en las sillas lustrosas para solaz sedente y de autoestima patógena.

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