viernes, 14 de diciembre de 2007

¿Quién Conduce la Inteligencia Nacional en Tiempos de Velocidades Sónicas?

Albert Einstein, genio físico
Gargano, la inteligencia nacional en Diplomacia.

Estoy azorado con la velocidad de nuestros días. Es uno de los principales problemas a estudio de la física y de la cohetería astronómica. Las dimensiones tiempo y velocidad, desde que Einstein apenas rastrilló la superficie del asunto, son desafíos a la genialidad de los sabios y distan de ser asimilados a conciencia por los mortales comunes que somos.
Es imposible viajar al espacio exterior más allá de la lunita cascabelera o de algún planetita cercano.Salir de la galaxia ¡imposible!Todo está muy lejos y no hay fuerzas de impulsión, por lo menos entre las conocidas. Sólo macaneos de ficción y poéticos lo permiten.
Emergen como hipótesis afirmaciones que el universo se dobla sobre sí mismo. Por eso ya una línea recta no es, según se decía por el viejo Euclides, lo que aún enseñan en el Liceo, la distancia más cercana entre dos puntos, sino una curva que, al doblarse aquella, aproxima lugares. También que existen canales para viajar a velocidades superiores a las de la luz, es decir a mucho más que a 200 mil kilómetros por segundo.Que transformando la materia en energía esta sí se puede enviar y, luego, llegada a la meta, retransformarla en materia.En fin…
Pero si a los humanos de la serie estándar que somos la enorme mayoría de la especie nos supera todo este cuadro de maravillas, hoy ya no tenemos ni el paupérrimo consuelo de poder dominar los sucesos terrenales sudamericanos en nuestros relacionamientos políticos dada la ultrasónica velocidad geopolítica que adquieren, mareándonos y desubicándonos , tal hawaianos haciendo surf en las canteras del Parque Rodó. El pobre Einstein para contener las perplejidades que le provocaban sus propias Teorías, sutil previsor en busca de coherencias, tenía varias sucedáneas , unas como reservas de la principal que trataba contenidos de Relatividad del Tiempo y de la relación de la energía como premisa de igualdad entre la masa y la velocidad al cuadrado .Lástima que se murió y dejó la herencia vacante para el que esté dispuesto a asumirla.
No olvidaré jamás la cara del presidente Vázquez cuando la Presidenta argentina le sobaba la espalda agradeciendo su presencia en Buenos Aires ocasión del culto fálico del recambio de mando en el ahora conyugal sillón de Rivadavia. Pero mejor archivaré en mi memoria, impactada y triste, cómo cambió el rostro del pobre doctor al sobrevenir la suprema micción de aquella enferma de cistitis.
Y, al ratito, no más, el canciller de la República, Sr.Gargano, aplaudía el insolente discurso de quien nos ofendió a todos. Y para confirmar despropósitos de infertilidad pensante, los uruguayos le negamos combustible a nación amiga por un extemporáneo gesto de apoyo a la Argentina -que no está en guerra con Inglaterra- cerrándole las mangueras a un barco de la rubia Albión!(¡Como que no podrían ir a la estación de la esquina y llenar toda una flota estos nenes hijos de Lord Stranford y Lord Ponsomby !)
Y otra vez, al instante, se saben más cosas que enredan la convención de lombrices instalada en el río de la Plata y sus anexos oceánicos y fluviales. La Sra.Cristina tiene que pasar de anfitriona a huésped del Uruguay por el tema del Mercobluff. Deberá incluso restaurar su maquillaje por las arrugas epidérmicas que se le habrán profundizado por cargar con la corrupta valija casi millonaria de dólares que, al parecer, empleó en ganarle a su congénere Lilita Carrió. También se viene otra vez a Montevideo el Comandante de la Boina roja, campeón del dudoso socialismo del Siglo XXI, que perdió el invicto en su intento de transformarse en monárquico, afición que por otra parte no ocultaba el numen histórico del Cnel Hugo Chávez, don Simón de la Santísima Trinidad Bolívar.Reparen que esa valija fétida la trajo uno de sus maleteros, y el hermanito de la diva quiso pasar culpas de hijo macho al Uruguay.
-”Cosas veredes”, le dijo Alonso Quijano a Sancho Panza.¡Si se verán! Pero corren tan, pero tan rápidas, que el ojo humano común no las ve. Para colmo no se le puede dar más velocidad al diafragma del órgano ocular, sí posible en una Nikon fotográfica documentando el duelo velocísimo entre Kimi y Alonso en Fórmula 1.
Hay que tener, para salvar esa natural deficiencia de la biología oftalmológica del homo y todo alienígena que se precie, inteligencia, recargando esta función de la vida psíquica con tino, prudencia, cognitivismo de la Teoría de la Gestalt, honradez, coraje y patriotismo.
Me duele que estas facultades , desde el Gobierno y desde la Oposición, hayan estado lamentablemente en emergencias minusválidas, yacentes de calidad, procediendo sin “areté”. Muy cómodas en sus cegueras alucinantes.
¿Quién nos operará a los uruguayos de nuestras cataratas políticas? Los criollos que saben del tema son caros o no están dispuestos, y los otros son desconfiables cubanos adictos a la Sra.Cristina y a Chávez.Vaya problema.

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