miércoles, 10 de octubre de 2007

La Lengua Hispanoamericana:"Viva como un Manantial"!

Juana de Ibarbourou


De los múltiples legados incorporados a la matriz del mestizaje cultural de Europa y América a partir de los siglos XV y XVI, distingamos hoy uno de singular importancia y proyeción, tal la lengua hispanopamericana.
El hecho de vivir en comunidad , tan afín a la humana naturaleza genera necesariamente el fenómeno de la comunicación que se realiza a través del lenguaje, facultad exclusiva del hombre al relacionarse con su prójimo. Por ende no debe confundirse con las funciones instintivas de los animales y sus signos de acción, reproductores siempre de una historia única e igual, inmodificable.
El lenguaje se compone de dos elementos.Por un lado, la lengua, que es inmaterial y social desde que está inserta en la memoria colectiva y en disponibilidad de los hablantes en tanto código.Por otro, el habla, que es material e individual, pues es leída y oída, cargándola de acentos personales por quien la usa como acto singular.
El español no es una pertenencia del lugar donde se originó, sino que es la lengua propia de quienes lo hablamos, y nos pertenece a los hispanoamericanos por ser nuestra lengua materna, el factor de comunicación que afirmábamos y, además, el medio empleado por nuestra tradición cultural para expresarnos en el tiempo y en el espacio.
Hoy llamamos castellano a nuestra lengua para marcar sus diferencias con otras lenguas habladas en la península Ibérica; y español para distinguirla de las del resto de Europa.
En el siglo XVI- el del contacto primigenio con América- el español adquiere su perfección y contará con una plasticidad muy especial al introducir vocablos ajenos cuando entra en relación con las lenguas amerindias, enriqueciéndose y ¡transformándose!
Por ese siglo XVI había superado ya el proceso medioeval de formación en el que intervinieron abundantes influencias linguísticas, traídas por los pueblos que en el correr de los tiempos se instalaron en la península, transitoria o permanentemente.De ahí la plasticidad de asimilación que lo ha vivificado, protegiéndolo de congelamientos que, más tarde o más temprano, resultan mortales para las lenguas herméticas.
Desde entonces evolucionó en los barroquismos del afrancesamiento diecciochesco, del romanticismo fanatasioso del S.XIX que se aquieta, no obstante , en la segunda mitad con el realismo y el costumbrismo.En el siglo XX con el Modernismo de Ruben Darío, hasta la actual narrativa contemporánea de García Márquez, Vargas Llosa, Borges, Onertti, Octavio Paz, etc.,es Hispanoamérica vanguardista de la lengua, imponiendo, demostrando por añadidura , que el español es de todos sus hablantes sin exclusivismos.
El proceso de hispanoamericanización fue largo y complejo -aunque finalmente triunfante- ante la resistencia respetable de varias lenguas y dialectos. Esfuezo similar debió desplegar Roma Antigua para latinizar.
Hoy superamos los trescientos millones los hispanoamericanos con el español como lengua común; pero el habla adopta peculariedades nacionales o regionalismos debido al diverso origen de los españoles inmigrantes, al contacto con las lenguas nativas, y a la influencia de otras lenguas:las silábicas de los esclavos africanos, el portugués fronterizo, el actual y peligroso colonialismo cultural de los medios masivos de comunicación junto a la presión comercial del inglés, la universalización del deporte, de la tecnología y sus respectivos giros.
Proyecciones.- Claro que el español seguirá evolucionando como lengua viva hispanoamericana que es, manteniendo su unidad general por la propia acción de los viajes, la libre circulación de las ideas, los factores culturales como el teatro, libros, revistas, cassettes y fundamentalmente por una lealtad y apego cultural a las sanas tradiciones animadas en centurias que le han dado identidad y sentido de pertenencia sustancial a nuestos pueblos, refrescados con la intemporalidad de valores supremos que hermanan en una convocatoria de siglos a España con América.Sobre la solidez de estos vigorosos fundamentos, ¿cómo no anticipar un destino venturoso que nos permita superar vallas coyunturales y encarar nuevas audacias en las inminentes aventuras del milenio niño? Y cómo no promover el elogio de la lengua compartida , expresión superior de una cultura gemela, mediante los inmortales versos de Juana de...Hispanoamérica!:

"¡Oh,lengua del romancero!
Te habló Teresa la mística,
te habla en hombre que yo quiero.
En ti he arrullado a mi hijo
e hice cartas a mi novia.
Y en ti canta el pueblo mío
el amor ,la fe, el hastío,
el desengaño que agobia.
¡Lengua en la que reza mi madre
y en la que dice: Te quiero!
una noche americana
millonaria de luceros!
La más rica, la más bella,
la altanera, la bizarra,
la que acompaña mejor
las quejas de la guitarra.
¡La que amó el manco glorioso
y amó Mariano de Larra!
Lengua castellana mía,
lengua de miel en el canto,
de viento recio en la ofensa,
de brisa suave en el llanto.
La de los gritos de guerra
más osados y más grandes.
¡La que es “cantar” en España
y “vidalita” en los Andes!
¡Lengua de toda mi raza,
habla de plata y cristal,
ardiente como una llama
viva como un manantial!"

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