sábado, 15 de septiembre de 2007

Por desamor,mutilan el Amor.





Ya los novios no van a brindar su Amor a Venus desde las brisas del Hum...que Afrodita está encerrada entre las rejas del centro, en Casa de la Cultura, lejos de la rambla costanera, del agua, donde nacen las venusinas diosas del Amor.

Hace más de 25 años una réplica de la Venus de Medici- a su vez copia de una anónima estatua del período helenístico griego- fue salvajemente agredida en su emplazamiento de la Rambla de Mercedes, plazoleta “Braceras Haedo” y frente al Club de Remeros. Los intentos posteriores de restauración fueron varios y defectuosos hasta que recién Don Miguel Umpiérrez por el 2002, con el prodigio de sus manos, logró el milagro reparador con clonación admirable.
La obra, para preservarla de la patología social de tantas verdugos que andan por ahí, se la ubicó en el atrio de Casa de la Cultura, verjas interpuestas con el contacto directo hacia el agresivo exterior por donde transhuman los subnormales descerebrados.
Hace cuarto de siglo, cuando el insuceso rapaz, fue tan escueto como emocionante el conocimiento de la tropelía. En la madrugada de un baile –seguramente gente que no baila pues es incapaz de acercarse socialmente para formar pareja-la destrozó sin premeditación, aunque sí con alta carga de alevosía.
Otra vez la masa anónima, sin rostro y con complejos, oculta en la impunidad de la doble falta de vigilancias preventivas, la formal que corresponde a ciegos , sordos y mudos serenos, y la espiritual que claudica en la familia y en los centros educativos a raíz de retrocesos que inquietan.
La Policía reprime el cuerpo. La Escuela debe reprimir la animalidad instalada en la humana condición para hacerla habitable por el espíritu. Como no reprimen, ni forman el cuerpo ni el espíritu, las consecuencias sobrevienen por añadidura. En el caso que nos ocupa emplearon un vehículo tipo “Willis” , atada una larga cadena a la cintura de la bella helénica, para extraerla de su oasis de palmeras y de la fontana del lugar.
Se arremetió contra lo bello y noble, festejándose con la carcajada soez y sonora de la sensibilidad bestializada, la “hazaña” invicta e impune hasta hoy.
¡Cómo no emprenderla no sólo contra Afrodita, si es muy poco lo que se cultiva en nuestros centros de enseñanza y de formación la Educación estética y nada de nada, pese a tantos amagues, la Sexual.
¡Cómo no emprenderla contra el mensaje social del arte, si aquí en Mercedes existen antecedentes de censuras apuntando a aquellas expresiones que algo tenían que ver con la libertad corporal.Obsta recordar lo sucedido con la representación de “La Lección de Anatomía” o la presentación frustrada de la inolvidable Rosa Luna en Dolores!
Y la de Afrodita no fue hecho aislado, pues renovada aquella generación que incubó a los depredadores de marras, una nueva que la sustituyó, incluyó a quienes podaron la cornúpeta elegancia del “Ciervo” de la plazoleta platanal frente a la playa “El Raviol” (¡qué feo nombre!), también a los miembros de “El Sembrador” o a quienes han puestos sucios graffitis en muros impecables.
¡Cómo no emprenderla contra los bienes colectivos sublimando agresividades que se descargan en tristes catarsis o transferir los problemas matrimoniales que los hijos sufren en esta época,tan enferma por una epidemia de divorcios. Allí están los “culpables-víctimas” de las acciones vandálicas.
No se conocen, salvo algún caso, identidades individuales, pero sí filiaciones y progenie socio-culturales.
Son los expulsados de una buena educación familiar y escolar.
No son quizás los hijos de la crisis material, porque comen y visten con holgura algunos de ellos.
Son los siervos de la nueva esclavitud con el arnés de las cadenas del desenfrenado consumismo que los lleva, irremediablemente, a esa desintegración personal que luego busca compensarse para evitar o eludir el vacío de la nada existencial en falsas fugas psicológicas. Todo se transfiere en alcoholismo precoz de jóvenes y jovencitas, y en drogadicciones.
Cuando en la enseñanza se prioriza el respeto por las normas, se la califica de autoritaria por la pedagogía del nuevo gay trinar disolvente. Ahora, esa misma seudo disolvencia intelectual, se siente repugnada ante cualquier medida coercitiva contra los inimputables con el afinado, pero siempre cansino argumento - sofístico y subversivo- de decir “antes que castigar tenemos que corregir los males de la sociedad pues ella es la gran responsable” ¿Qué es la sociedad?.Nada. Algo abstracto. Ergo: no se hace nada. A los pobres “niños de la calle”, el INAU (Instituto oficial de la minoridad) pretende dejarlos en su situación “porque ellos en el ejercicio de su libertad, que debemos respetar, no quieren salir del ámbito callejero”. ¡Increíble pero cierto el cruel sofisma!! Hubo de intervenir la Suprema Corte y de Justicia y dictar sentencia: INAU, ocúpese de los niños. Y los tipos siguen tan campantes en sus puestos públicos pese a lo dolosidad de su omisión funcional que pretendieron darle rostro de virtud en aras del respeto a los derechos del niño...omitiendo el deber popio.
Con esta gente...que se venga el diluvio nomás.¿Quién protege a víctimas de tantas insanías? Con rejas no alcanza. Las de los ciudadanos en sus domicilios privados, ni las de las cárceles saturadas , excelentes escuelas del delito, no dan abasto y son la felicidad de los herreros y de la metalurgia.

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