lunes, 24 de septiembre de 2007

Evocación Fúnebre de Artigas en estos días de MERCOSUR.

Cap.Yegros , héroe y amigo de Artigas.

Destaco la oportunidad de recordar la efemérides de la muerte de don José Artigas, héroe integracionista americano, ocurrida el 23 de setiembre de 1850 en pago cercano a Asunción.
Los ensayos sobre las razones de su exilio al Paraguay son variados, pero corren por ciertas vetas principales:
a)
Que fue a buscar refuerzos para proseguir la lucha pensando que sus enemigos antifederales – que federalismo es”Autonomía dentro de la Unión”- lo eran, por tal circunstancia, también adversarios del Paraguay, potencial aliado suyo, así lo creía desde que comenzó la misma Revolución Rioplatense contra España..
b) Que se resignaba a la derrota e iniciaba el reposo del guerrero.
A ello sobreviene otro dilema.¿Por qué el Paraguay de Francia y luego de los López, severidades más agudas en el primero que en los segundos, lo tuvieron bajo vigilancia?
Algunos historiadores consideran que Artigas, muy relacionado con el Cap.Yegros, penetra en 1820 al Paraguay cuando la antipatía política de este jefe paraguayo tensionaba demasiado las precauciones de Francia hacia ese rebelde interior propio, y vio, o se excusó, en el ingreso riesgoso del Jefe de los Orientales como un aporte hacia su rival, sometiendo a ambos a rígido control carcelar.
Otros estudiosos entienden que la estrategia de los gobernantes paraguayos era tener un rehén de lujo frente a las pretensiones imperiales de las Provincias Unidas ( Argentina) o del Portugal, luego Imperio del Brasil, ya que Artigas contra ambos había combatido tenazmente. Francia pensaba que mientras tuviese a buen resguardo al oriental, la Independencia paraguaya contaría con una seguridad extra pues con Artigas armado por los paraguayos se podían desestabilizar Río y Buenos Aires, unitarios ambos, formal o informalmente.
Hay algunos comentaristas que señalan error en Artigas al pretender contar con un Paraguay aliado. Paraguay mantenía todavía el celo de ser el principal centro de la conquista y de colonización española desde la etapa asunceña de Ayolas, Irala, Garay, Súarez de Toledo, Hernandarias, etc., post caída del primer Buenos Aires ante los indígenas. Y por ende no podía participar simplemente como uno más en el Sistema Artiguista que, por naturaleza, era una Unión de autonomías de enorme extensión, los Estados Unidos Federales de América del Sur. Visión artiguista muy amplia -quizás repugnante para admisión cesarista de los amigos del “divide e impera”- y por otra razón de sensibilidad ecológica para el microcosmos selvático y de hinterland guaraní en el corazón altivo y solitario de América. Artigas era hombre de pampas, llanuras y lontananzas.Los paraguayos estaban ambientados a la percepción que se interrumpe en la cercanía de la fronda vivencial.
Artigas sugería a los paraguayos, vaya a saber con cúales palabras, peso sí con este concepto:¡Ojo con el expansionismo de los puertos y de los imperios de costas marinas!
Artigas, cuando se creó el Uruguay, desligado del Sistema Mayor de sus afanes, análogo en superficie al antiguo Virreinato del Río de la Plata, con estatura de gran estoico mayor dijo - y está documentado- cuando se le invitó a volver a Montevideo, capital entonces del tapón Estado Oriental del Uruguay, décadas después de la primavera de 1820:”Yo ya no tengo patria”. Penoso, verdad?
Entre 1865 y 1870, Argentina, Brasil y Uruguay, y algún otro que muchos saben quién es, masacraron al Paraguay matándole casi toda la población masculina que cayó heroica y mártir en Cerro Corá junto al enorme Francisco Solano López. ¿Penoso, verdad?
Hoy, ciertamente compungido, me autopregunto, qué es de los uruguayitos y de los paraguayitos conviviendo con sus hermanos grandes, rivales del ayer histórico, en esa construcción que se suponía igualitaria y fraterna, llamada Mercosur.

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