martes, 21 de agosto de 2007

La Viga y la Paja,lagrimeando en-ojos oficiales.

Cr.Danilo Astori y Dr.Horacio Casssinelli



El ser humano tiene la capacidad de emitir juicios. Un juicio, desde el punto de vista de la Lógica Metodológica, es, necesariamente, una afirmación o, por contrario sensu, una negación. Admiro al Cr.Danilo Astori por su potencia intelectual e incluso el valor cívico, tan grato a los nacionalistas que somos, sobre todo portando la carga de objetivismos y subjetivismos acunados por la divisa en tiempos pasados. He oído y leído de respetabilísimas fuentes que también son superlativos los méritos del Dr.Cassinelli Muñoz en su especialidad foral, pero en este último caso mi apreciación es tangencial y no está asentada en una experiencia propia, sino en las de segundo grado, incluso disminuida por mi ignorancia del Derecho catedrático.
Ayer vi a los dos universitarios mencionados en una conferencia televisiva, es decir comunicación en una sola vía, cuando alguien habla y el otro interlocutor sólo escucha.Astori defendiendo al IRPF(Impuesto a la Renta de las Personas Físicas) y el abogado reafirmando con lenguaje gestual y no oral las apreciaciones del contador.
Sentí lástima. Uno no puede dominar los sentimientos, funciones de la vida psíquica que no tienen valoración axiológica. Los valores sólo “valen”.Los sentimientos sólo se “sienten” y no los gobierna, en general, el intelecto volitivo….que, reconozco, quizás haya estado ausente en mi mente si acaso intervino en plenitud causal para determinar esa sensación lastimera que experimenté cuando se deterioraban mitos.
Astori justificó con el soporte, dijo, de Cassinelli Muñoz, allí presente y quedo, que era legítimo y constitucional aplicarle a los jubilados el tajante impuesto que viene enancado a los corcovos en la Reforma Tributaria de julio, invadiendo los bolsillos de los pasivos, ya tan encogidos por no estar sanforizados. Y luego, para mi, el embarre mayor: Afirmó el Ministro de Economía y Finanzas del Uruguay que se hacía la exhibición mediática del dúo que integraba para equilibrar anteriores presiones sobre la Suprema Corte de Justicia por las aseveraciones ya expresas de quienes están en la otra vereda, defendiendo la hipótesis que el impuesto a los veteranos es materia de impureza constitucional.
Prejuzga Astori conductas de mucha gente. De los abogados defensores, por ejemplo, como que usan, diríamos, chicanas microfónicas en medios de prensa. De los propios Ministros de la Corte, como que son ingenuos gobernantes de un Poder del Estado, indefensos adolescentes de un blindaje contra apreciaciones que Astori no comparte y que puedan ser mal digeridas por los Supremos Jueces de este país. En definitiva pretende ser tutor de la inteligencia ajena. Y si, en todo caso, están procediendo incorrectamente los abogados de la inconstitucionalidad del IRPF hacia los jubilados, también cae en el mismo desvarío Astori, incluso con agite agravado ya que es representante de un Estado que, como constructo social, político, y también Ético, debe medir muy bien las acciones conductuales para no emparejarlas, entonces, con las de quienes censura ¡por censurables!
Oportunamente se sabrá de quién es la razón. Pero sea del que sea, lo de ayer fue impresentable porque todo se extrapolará de una sentencia más del Poder Judicial, ingresándose inmediatamente en el marco registral de una actitud ética que merece reparos. No se estuvo bien en la emergencia. La paja y la viga, andaban haciendo lagrimear ojos oficiales.

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