jueves, 23 de agosto de 2007

La Hora del Lobo


La semana pasada falleció en su isla Fârö el gran dramaturgo del cine universal, el sueco Ingmar Bergman. Siendo adolescente me encontré con su filmografía que introyecté, diría Carlos Vaz Ferreira, muy fermentalmente. Algo, lo más, por la epidermis, y quizás mínimos registros de lo anecdótico superficial. Lo más inasible, entonces, quedó en latencia, aguardando que madurara en la vida para oportunamente poder penetrar mejor dotado en el mensaje del artista. Recuerdo de aquellos días, comienzo de la inolvidable época de los años 60, “La Fuente de la Doncella”, “El Silencio”, “La Hora del Lobo”. A propósito de esta última, memorizo cuando el protagonista define cúal es y cuando se da ese suspiro de tintes esotéricos.”El instante preciso en que la noche comienza a ser día”.Tránsito, indefinición, incertidumbres, misterios…creí entender .Tenía entonces 16 años. Hoy cuadruplico la cifra y veo a mi país en medio de agudas horas lobunas con cien peripecias adjuntas . Horas,también, de corderos.
Juguemos al azar y en el instante lupercal, preguntémosno si se justifican las renuncias de los profesionales quirúrgico- anestesistas a sus cargos de la salud popular.
-Es muy dificil medir intenciones ajenas y juzgar las actitudes que se toman en ejercicios de prueba si en el ensamblado comunitario aparecen todas las tensiones extremas que van de lo miserable a lo sublime con sus notas intermedias .Desde que existen además diferencias entre los hombres, pongamos, por “talentos y virtudes” en el plano constitucional , también existen asimetrías en el social pues a algunos les corresponden ineludiblemente mayores responsabilidades que a otros por el rol que ocupan en la Sociedad y por la cuantitividad y cualitatividad de las recompensas que consecuentemente por ello reciben...o dejan de recibir.¿Respondemos en la elección de nuestras incertidumbres a imperativos categóricos de conciencia individual o nos ajustamos a los disciplinamientos corporativos? Entre ambas cuestiones ¿es viable una “tercera vía”? Las opiniones están muy encontradas y enseñan que las censuras o las aprobaciones de perfiles fundados que se oyen o leen, dividen las aguas. Se torna entonces asaz dificil expresar un juicio totalmente ecuánime y, menos , ligero. Eso sí, entre lo corporativo y mi libertad individual, optaría por lo que ésta me aconseje. Claro, tampoco estoy directamente involucrado por no ser anestesista y pretender luego venir a sacar pecho. En todo caso mi única vinculación pasada y potencial con esa profesión galénica , es haber sido un pobre conejillo anestesiado en cuatro oportunidades cuando me mandaron a comulgar con Morfeo a brindis de bisturí en el temido quirófano de mis miedos. Todavía no sé cúantas más me deparará el porvenir. Pero la última, la definitiva, la que no será determinada por un diagnóstico y coordinación médica, esa, de la que no se vuelve jamás en sí, ojalá, cuando ocurra, que sea sin dolor, como las ya experimentadas al haber caído, por lo menos yo, en las buenas manos balsámicas de mis médicos mercedarios y su personal de apoyo.
Sigo en el entretenimiento lúdico en vísperas del Día de la Nostalgia.Yo,nostalgio. Tú, ¿nostalgias?:
Dice la Real Academia de Letras. Nostalgia.
(Del gr. νόστος, regreso, y –algia, pena,dolor).
1. f. Pena de verse ausente de la patria o de los deudos o amigos.
2. f. Tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida.
-La nostalgia no se festeja. Se evoca. Lo del 24 es un elusivo intento impuro de tener reminiscencias. De volver a vivir. ¡Imposible!....pero no se conforma el que no quiere… Lo importante es generar hechos de vida hoy....para que mañana sean nostalgias.¿No? Vamos, pues, a la maratón de los recuerdos que después la vida continúa, quizás más purificada en la redención evocativa.
Y termino con estas reflexiones lobizonas por culpa de una cifra que me alarmó ante su alto índice de riesgos reales y virtuales. Cada día que pasa sesenta uruguayos (*) se refugian, se transforman, como nuevos Nazareno Cruz, por el consumo de drogas. ¿Por qué?
-Tres son las emociones primarias: Amor, odio y miedo. El hombre y la mujer actual ampararon el amor en el hedonismo sexual; el odio se terrorizó, pero quedó sin satisfacción el miedo. Hay que sublimarlo para no quedar a la intemperie y, por eso, la búsqueda del “refugio”, más no sea por un rato de placer aunque después no podamos salir del displacer. El Miedo llama urgente a Coca o a María para compartir la desesperanza y las inhibiciones del pavor. Y así la van llevando…hasta que ya no haya necesidad ni de amor, odio o miedo, porque las emociones solo se manifiestan en un ser vivo y no en un cadáver, aunque este parezca se mueve aún.
(*) "El Observador" de Mdeo.página 5.

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