viernes, 6 de julio de 2007

Pobre Danilo...no sabe si será mordido por perros de razas perfumadas o chichos callejeros

Astori ( "Informe Uruguay")


Informes oficiales dan cuenta que en los cercanos últimos años se han ido 17 mil compatriotas a residir al exterior y que por estas últimas semanas el proceso migratorio ha tenido un flujo de salida creciente. No es difícil intuir empíricamente las causas.
Esta crisis -que lleva más de medio siglo- es expulsora de su población. Crisis es el fenómeno que se produce cuando no hay correspondencia entre expectativas e ideales ciudadanos y la negatividad concreta de la realidad que las confronta y debilita. La esperanza en un cambio político vociferado, el que se apartó cruelmente de las rifirrafescas y hábiles promesas proselitistas, hizo retomar el ritmo del penoso adiós. Se van los más jóvenes, audaces, inteligentes y preparados. Y quedamos, en general, los que, respectivamente, ocupamos las antípodas de los mencionados perfiles de migración. Volverá a sentirse con más fuerza la canción de Jaime Roos,” Los Olímpicos”, esa que canta con infinita nostalgia a los que andan por los barrios más alejados de Colombes y Ámsterdam. Su profundísima lección de cultura y sabiduría popular, es la más valiosa para entender la etiología del mal, mucho mejor que en cualquier clase de Sociología de la perimida Universidad, la gran nutriente de malos políticos en el país.
En tanto, cuando pasaba por las cercanías del Ministerio de Economía y Finanzas en Montevideo- creo que por Paraguay y Colonia- se había puesto un pasacalle que reza lo siguiente con prolijas letras emanadas, quizás, de un taller de alta artesanía por no exhibir el estilo primitivo y naif de los habitualmente domésticos :
-“Ladran Danilo, Señal que tiene y les duele".
Seguramente que hace referencia a los efectos esquilmantes de la Reforma Tributaria que acosará a la clase media y, dentro de ella, más aún a los jubilados, y entre los pobres a los pasivos de la primera franja por “externalidades” que fabricará el IRPF, humildísimos ancianos que hace tiempo bajaron al nivel clasista inferior. En tanto los que tienen se desternillan de risa, más allá de una protestita “pour la galerie” ya que saben perfectamente quién pondrá las monedas y los pesos al bolsillo del mangazo frentista. (Por lo menos saben que no serán ellos).
“Los que tienen” están a buen resguardo. Ni el gordo Sancho ni el flaco Quijote tendrán que cuidarse de ninguna dentellada de mordiscos caninos porque no son perros,criaturas de refranes pasados de moda. Será gente que no “ladra”. Son humanos de confortable estatus con excelentes padrinos, suntuosos ingresos y protección astral. Otros son, en todo caso, los que ladran y, por ello, ¡ladrones!¡ladrones!Por otra parte, “tener”, en un país que necesita crecer, no es pecaminosa intención. Es fraterna y solidaria actitud al generar puestos de trabajo que no terminen en las Caimán. Peor es “no tener”…morirse de hambre y andar mendigándo en posición genuflexa al Banco Mundial como al antes denostado F.M.I. Y más grave aún es gravar con tanto tributos a los que aspiran “a tener más” –actitud éticamente irreprochable- mediante esfuerzos honestos y redoblados.Terminarán por achicarles, renunciar y menguar sus ímpetus, estos sí, verdaderamente progresistas.
Creo que el autor intelectual del pasacalles de la calle Paraguay bien que lo podría modificar para adecuarlo a esa realidad cruel que promueve el fiscalismo siniestro. Así, con una mínima variante, simplemente con el agregado de aquel NO que tanto antes gustaba a las fuerzas electorales del Ministro Contador y a su cofradía multipartidaria se arregla la leyenda divisionista e infame: “Ladran Danilo, Señal de que NO tienen y les duele".

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